martes, 4 de marzo de 2014

La orientación laboral y sus "usuarios"

Hoy, como otros días, me han dado plantón, y no era precisamente una quedada para salir de fiesta ni nada del estilo, se trataba de una cita de orientación laboral.
Por si no sabéis como va, los orientadores laborales tratan de ayudar a las personas desempleadas o en búsqueda activa de empleo a ser más emprendedores, productivos, o en definitiva, orientarles de tal forma que aprovechen sus capacidades o exploten otras nuevas de cara a encontrar un trabajo. También pueden corregir los CV de las personas interesadas, haciéndolos más empleables (A su punto de vista, todo sea dicho) o informarles sobre ofertas de trabajo. Os puede parecer una tontería, pero realmente hay gente que necesita unas directrices para saber por dónde seguir.

E aquí donde llego yo, que actualmente me encuentro trabajando como orientadora laboral, y una de mis labores obviamente consiste en dar cita a las personas interesadas para que asistan a la sesión de orientación que luego doy. La gracia es que estas personas, que han venido a apuntarse por su propia voluntad, la mitad de las veces no aparecen, ni siquiera avisan de que no van a venir, por lo que la hora que les destinas a ellos te las pasas mirando al reloj y cambiando tu horario porque no tenías pensado tener ese tiempo sin ocupación. Es decir, que encima de dar un servicio gratuito para ellos, y que vienen interesados, luego no se presentan. No lo entiendo. ¿Así espera la gente conseguir trabajo? Pues vamos mal.
Es cierto que no todos son así, algunos se lo toman muy en serio y otros, aunque faltan, llaman con antelación para avisar, pero existen muchas personas que no dan señales de vida, y aunque terminas aprendiendo a aprovechar el tiempo de la cita en otras cosas, dejando materia pendiente por si acaso, no deja de ser fastidioso pensar que la lista de espera para recibir orientación no avanza por culpa de dejar huecos a gente como estos individuos.

Es en casos como éstos cuando me doy cuenta de por qué España va como va. La gente es una vaga, y es que muchos de ellos, con la excusa de "si les sale trabajo", no pretenden aprovechar el tiempo de ninguna manera. Los hay que vienen pero como si no lo hicieran, porque ni les interesa formarse, ni aprender a hacer un CV, ni idiomas ni nada. "Yo quiero trabajo". Chico, ya lo sé, pero puesto que eso no va a caer del cielo, tendrás que hacer otras cosas mientras, y si te sale trabajo, que bienvenido sea, dejas la formación de lado y Santas Pascuas, pero lo de no hacer nada "por si llaman para algo" me suena a excusa barata para seguir vagueando.
Y ya los peores son los que vienen sencillamente para justificar que están "en búsqueda activa de empleo" y solamente quieren que les hagas CV para enviarlos por cualquier sitio y que les den una subvención... ¿Pero por qué nadie controla ésto? En vez de tantos políticos inútiles que no saben hacer la O con un canuto se debería de invertir en contratar a gente competente que se asegurara que no hay gente aprovechándose del sistema... aunque siendo realistas, al final todo se convertiría en sobornos y seguiríamos igual... Qué vida más triste.

1 comentario:

  1. Es la triste realidad, y entiendo lo que dices, no es adecuado generalizar, porque es cierto que la cosa está muy mal, pero fastidia mucho también ver gente poco competente en algunos puestos de trabajo. Creo que España es uno de los países dónde se trabaja más horas, pero con menos efectividad... Eso es lo primero que se debería cambiar, porque hay gente ahí fuera con ganas de hacer, cosas, si fuese más efectivo, habría más ganancias, más dinero, más posibilidad de contratos... todo sería mejor...
    Hay mucho por hacer...

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